Regresa a la escuela con una mejor visión
Siempre hay mucho que hacer cuando los niños se preparan para el regreso a clases: conseguir útiles escolares, comprar ropa y zapatos nuevos, asistir a las actividades de regreso a clases y tal vez incluso hacerse un examen físico. Pero hay algo más que debería estar en esa lista de cosas por hacer: un examen de la vista para el regreso a clases.
Muchos padres lo pasan por alto, pero un examen ocular completo antes de volver a la escuela es tan importante como el examen físico anual. Si bien es posible que los niños no experimenten problemas oculares significativos durante los meses de verano, sus ojos aún están cambiando. De hecho, desde los seis hasta los 18 años, la visión de un niño cambia con frecuencia y los exámenes oculares de rutina pueden ayudar a prevenir cualquier problema potencial que surja. Algunos de los problemas comunes que pueden surgir en los niños en edad escolar incluyen miopía (que se desarrolla comúnmente en niños alrededor de los seis o siete años y puede empeorar gravemente alrededor de los 11 a 13 años), hipermetropía, ojos desalineados y ojo vago. Problemas como estos que pasan desapercibidos pueden provocar obstáculos diarios para los niños, como fatiga visual, dolores de cabeza y visión borrosa. Estos problemas no solo distraen, sino que también pueden provocar todo tipo de problemas de aprendizaje y comportamiento en la escuela porque la visión desempeña un papel destacado en el aprendizaje en el aula. Los estudios muestran que durante los primeros 12 años de vida de un niño, el 80% de su aprendizaje es visual.
A menudo, los padres tienen la falsa suposición de que las pruebas de visión que se realizan en la escuela son eficaces para detectar problemas de visión (por lo que piensan que no es necesario acudir al consultorio del oftalmólogo), pero en realidad no es así. Los tipos de pruebas que se suelen realizar en la escuela solo examinan la visión a distancia y la agudeza visual y, por lo general, pasan por alto la mayoría de los tipos de problemas de visión. Los síntomas comunes a los que hay que prestar atención si un niño tiene un problema ocular son la tendencia a cubrirse un ojo, los dolores de cabeza frecuentes, sostener el material de lectura demasiado cerca de la cara y parpadear o frotarse los ojos con frecuencia. Es importante que los padres estén atentos a síntomas como estos porque, a menudo, los niños no entienden que tienen un problema o no saben cómo explicarlo.
Los exámenes de la vista no se realizan únicamente cuando algo anda mal. Son una parte importante del bienestar de un niño y siempre deben estar en la lista de tareas pendientes antes de volver a la escuela. Envíe a su hijo a la escuela con una mejor visión. Llámenos hoy.